Basado en este artículo, y en numerosos libros que he leído al respecto, mis reflexiones sobre meditación se podrían recoger tal como siguen.
Improving creativity performance by short-term meditation Xiaoqian Ding1, Yi-Yuan Tang23*, Rongxiang Tang4 and Michael I Posner3
En alguna ocasión todos hemos utilizado el término creatividad para referirnos a personas que son capaces de hacer cosas originales y novedosas. Desde el punto de vista etimológico, el origen de este término se encuentra en el vocablo latino “creare” que significa crear, hacer algo nuevo.
En realidad, lo que llegamos a calificar de creativo sería aquellas formas nuevas a partir de otras ya creadas a las que damos una nueva utilización (Vázquez, 2000). Realmente, no existe una definición universalmente aceptada de creatividad, y la carencia de una definición clara y precisa parece ser la responsable de las dificultades metodológicas y conceptuales con las que se ha enfrentado el estudio riguroso de la conducta creativa.
No obstante, la mayoría de las definiciones propuestas coinciden en conceptuar la creatividad como aquella capacidad humana de producir ideas nuevas y valiosas; se trata de una facultad que existe en todas las personas, que puede desarrollarse mediante el entrenamiento, y que en su materialización puede adoptar, entre otras, forma artística, literaria o científica.
La Estructura del Intelecto de Guilford (1967) vino a despertar un interés científico por el estudio de la creatividad. Este autor considera esta última como una actividad intelectual que forma parte de lo que denomina “pensamiento divergente”, y que define como aquel tipo de pensamiento que, ante un problema específico, puede formularse varias respuestas alternativas, en oposición a lo que sería el “pensamiento convergente”, que ocurriría cuando sólo es posible una solución determinada.
Por tanto, el primero implica utilizar el conocimiento previo de formas nuevas, con cierta maestría y pericia, y el segundo está relacionado con el pensamiento base, la reproducción y memorización de los aprendizajes y hechos. A partir de los años 70, con el resurgir del paradigma cognitivo, el sujeto creativo es visto como un procesador activo de información, ya que posee una mente capaz de tener actividad autónoma y no solamente reactiva.
La mente dispone de representaciones de la realidad variadas, y estas representaciones se pueden entender como “módulos mentales”. Por tanto, el pensamiento o producción convergente sería el proceso utilizado para solucionar los problemas mediante procedimientos convencionales y predeterminados.
En cambio, el pensamiento o producción divergente sería la operación que implica la producción de distintas respuestas o soluciones para un determinado problema. Este concepto, relacionado con la creatividad, se refiere más a la generación del conocimiento que a su reproducción. La producción divergente incluye las cuatro características de la creatividad o factores propuestos por Guilford (1950): fluidez, flexibilidad, originalidad y elaboración.
Estos componentes formarían parte del pensamiento divergente. También Torrance (1974) definió la creatividad como el proceso de descubrir problemas o lagunas de información, formar ideas o hipótesis, probarlas, modificarlas y comunicar los resultados. Le asigna a la creatividad un carácter de habilidad global. De hecho, en el artículo seleccionado, utilizan la baremación de Torrance para valorar la creatividad, antes y después de la práctica meditativa.
La meditación autorregula las emociones
La meditación está asociada con el aumento de la capacidad de autorregular las emociones, que es un componente clave en la cognición y, en la competencia para desarrollar la creatividad. La práctica de la meditación, aumenta considerablemente la circulación sanguínea en la corteza prefrontal, la parte más pensante del cerebro humano.
Después de practicar la meditación a diario durante ocho semanas, se concluye que la corteza prefrontal en reposo se fortalece y la memoria también se mejora. Durante la meditación y como efecto de la misma, el cerebro no distingue lo que está sucediendo en el mundo exterior de la realidad, de lo que está pasando en el mundo interior de tu mente.
Lo que te permite la meditación es ir más allá de la mente analítica y entrar en el inconsciente, que es un área llena de infinitas posibilidades y conexiones, lo que hace que se generen nuevas opciones y la creatividad se incremente.
El concepto de la configuración del cerebro es básico para entender cómo se puede activar la mente, cómo las neuronas acaban estableciendo relaciones duraderas. Según la regla de Hebb, que afirma: «Las células nerviosas que se activan juntas se conectan juntas». (Los neurocientíficos creían que después de la infancia la estructura del cerebro apenas cambiaba.
Pero los nuevos descubrimientos revelan que en la adultez muchos aspectos del cerebro y del sistema nervioso pueden cambiar estructural y funcionalmente, como ocurre en el aprendizaje, la memoria y la recuperación de una lesión cerebral). Pero lo contrario también es cierto: «Las células nerviosas que ya no se activan juntas dejan de estar conectadas». Lo que no se usa se pierde.
Utilizando la meditación, no sólo gestionamos las emociones, sino que activamos conexiones neuronales, haciendo alusión a la Neuroplasticidad (capacidad del cerebro de renovarse y de crear nuevos circuitos a cualquier edad mediante los estímulos del entorno y nuestras intenciones conscientes).
Si la neocorteza es la arquitectura o diseñadora del cerebro, y nos permite aprender, recordar, razonar, analizar, planear, crear, especular sobre posibilidades, inventar y comunicarnos; el cerebro límbico, situado bajo la neocorteza, asocia la información almacenada a una emoción, producto de las experiencias.
Ahora bien, si queremos adquirir el nivel de destreza, estaremos en el cerebelo, la sede del inconsciente. Es la parte más activa del cerebro, y está situado en la parte posterior de la cavidad craneana. Es como un microprocesador y el centro de la memoria del cerebro. Cada neurona del cerebelo, tiene la posibilidad de conectar desde unas doscientas mil hasta un millón de neuronas vinculadas a la acción.
Procesa una gran cantidad de recuerdos y descarga fácilmente diversas clases de información aprendida en estados programados de la mente y el cuerpo. En el artículo citado, proponen una meditación concreta donde se aborda el vínculo mente-cuerpo y se aplica un test que mide la influencia que tiene en la activación de la creatividad, Pruebas de Torrance de Pensamiento Creativo (TTCT), que es fácil de administrar en poco tiempo.
Esta prueba valora los componentes de originalidad, fluidez, flexibilidad y elaboración; que son los componentes que configuran el pensamiento creativo:
a) fluidez: es la característica de la creatividad o la facilidad para generar un número elevado de ideas. Esto es, se trata de una habilidad que consiste en producir un número elevado de respuestas en un campo determinado, a partir de estímulos verbales o figurativos.
b) flexibilidad: es la característica de la creatividad mediante la cual se transforma el proceso para alcanzar la solución del problema o el planteamiento de éste. Comprende una transformación, un cambio, un replanteamiento o reinterpretación. En definitiva, es la capacidad consistente en producir diferentes ideas para cambiar de un enfoque de pensamiento a otro y para utilizar diferentes estrategias de resolución de problemas.
c) originalidad: es la característica que define a la idea, proceso o producto como algo único o diferente. Está referida a la habilidad para producir respuestas novedosas, poco convencionales, lejos de lo establecido y usual.
d) elaboración: es el nivel de detalle, desarrollo o complejidad de las ideas creativas. Se trata de una capacidad para desarrollar, completar o embellecer una respuesta determinada.
Este test se utilizó antes y después de practicar el CICM: entrenamiento de Meditación Integral cuerpo-mente.
Para el estudio actual, se utilizaron las imágenes de RM, en el que los participantes informaron emplear para la Meditación, un promedio de 27 minutos cada día practicando ejercicios de conciencia. Sus respuestas a un cuestionario de mindfulness indicaron mejorías significativas en comparación con las respuestas antes de la participación.
El análisis de las imágenes de RM, que se centraron en las áreas donde se observaron diferencias con estudios anteriores, se encontró un aumento de la densidad de materia gris en el hipocampo, conocido por ser importante para el aprendizaje y la memoria, y en estructuras asociadas a la autoconciencia, la compasión y la introspección.
También se correlacionaron con una menor densidad de materia gris en la amígdala, que se sabe que juega un papel importante en la ansiedad y el estrés. Si la práctica de la meditación, favorece la gestión de las emociones, desciende el nivel de estrés, facilita el pensamiento divergente, podemos concluir, apoyando la hipótesis que planteaban, que hay una relación entre Meditación – Emoción – Creatividad.
Es fascinante ver la plasticidad del cerebro, mediante la práctica de la meditación. Ahora sabemos que, podemos jugar un papel activo en el cambio del cerebro.