Liderazgo by Excel este término se lo escuché la primera vez hace unos 7 años, a un director general de una empresa centroeuropea. Hay muchos profesionales que saben de qué hablo cuando lo menciono en una reunión, y es que, forma parte de esos secretos a voces, dentro de las compañías.
Aparece en Excel
El director debe ajustarse a un dato numérico que aparece en un Excel, y que no tiene nada que ver con la realidad de la empresa, de la sociedad, de las ventas reales y posibles; sino que tiene que ver con los objetivos de la junta de accionistas que tiene la empresa.
Esta breve descripción tiene que ver mucho con la toma de decisiones dentro de la empresa; donde mandamos a pasear a los valores, a los profesionales, al sentido común y una larga lista de prioridades que nos habíamos marcado como buenos y sensatos profesionales que queremos/queríamos ser.
Y es que, cuando es un número, que emerge desde algún lugar, sin haber hecho un análisis realista del mercado, la sociedad, nuestro equipo y nuestro/s producto/s; entonces, estamos avocados al fracaso que llegará antes o después.
Como directivo, comenzaré a decidir para conseguir acercarme al dato, para ello, comenzaré a contemplar opciones que éticamente se podrían cuestionar: presiono al equipo, despido a personas que toman iniciativas que van en contra del tan ansiado número, elimino inversiones que podrían genera bienestar dentro de la organización a nivel de comunicación o de productividad, … Me convierto en un “obseso” del dato que debo alcanzar a cualquier precio, sin importarme el resto.
Aquello que era un reto y que me hacía tener afán de superación y poner mis neuronas a funcionar; ahora se ha convertido en un cúmulo de reacciones (dejo de ser proactivo), me siento desmotivado, veo que el equipo se limita a ejecutar sintiéndose presionado, se generan fricciones cada vez más complejas de atenuar, y un largo etc. La sensación como directivo es “cada año es más complicado llegar a esa cifra, me he vendido a un número, no sé si podré sostener esto mucho tiempo más, es que ¿no se dan cuenta?”
Todas aquellas empresas que conozco, que se rigen por este método, antes o después, calculo que entre 3-5 años como máximo, serán absorbidas por un fondo de inversión o por otra empresa. Mi pregunta es clara, a quién nos debemos, ¿al cliente? ¿al accionista? ¿al beneficio social?
La reflexión está encima de la mesa. Aviso que la solución, aun siendo obvia, no es fácil de llevar a cabo. El pulso, está servido.
Te invito a descubrir leer este artículo y descubrir Cómo son los lideres… y Cómo deberían ser….