Ikigai: del japonés, “razón de vivir”, “propósito de vida”, aquello que da significado a nuestra vida y por lo que merece la pena vivir. Y que sólo se consigue, manteniendo el objetivo claro (foco) y el método (enfoque) a lo largo del tiempo.

Tomarnos ese tiempo para evaluar nuestro entorno, nuestra vida, nuestras decisiones, saber si están alineados con nuestros objetivos, tiene que ver con: hacia dónde vamos, qué deseo, para qué estoy aquí.

Hoy, vivimos en un mundo en el que resulta difícil mantener la atención en unas pocas cosas/personas. Hay tanta información, tenemos tantas ideas, conocemos a tanta gente, personal y/o virtualmente que, nuestras mentes, están condicionadas a ir de un estímulo a otro, de una persona a otra. Es algo poco común en nuestros días, focalizar una persona o a una cosa durante un período de tiempo prolongado.

¿Qué es ikigai? Es el propósito es la determinación que tiene una persona por hacer o dejar de hacer una acción y para lograrla se necesita fuerza de voluntad, constancia y método. Sin embargo, si quieres ser una persona/profesional exitoso, tienes que aprender a poner el Foco en aquello que merece la pena vivir.

Se trata de “seguir un curso de acción hasta tener éxito”. (FOCUS= Following One Course of action Until Successful). Hay muchas personas que confunden el Foco con el Enfoque, y para mí es diferente; si el foco es hacia dónde quiero ir, el enfoque es cómo quiero llegar ahí, desde dónde quiero enfocar mi objetivo. Esto lleva tiempo, esfuerzo, perseverancia y mucho foco.

La diferencia entre los que quieren tener éxito en su vida, y los que ya son exitosos, es el Foco. El problema es que nunca tienen éxito porque nunca le pusieron el tiempo ni el esfuerzo requerido para ello.

Últimamente estoy escuchando mucho la palabra Foco y hoy quiero ir un poco más allá.

El actor Will Smith comentaba en una entrevista: «Para tener un nivel de éxito excelente en algo, no puedes dispersarte y hacer múltiples cosas. Se requiere un foco desesperado y obsesivo en conseguir aquello que quieres. Tienes que poner toda tu vibración, todo tu corazón y toda tu creatividad ahí».

Cuántas personas, siendo tremendamente creativas y teniendo estupendas habilidades sociales y profesionales no tienen éxito en la vida. Es el foco quien da la diferencia. Algunos ejemplos:

  • Si tu objetivo es que tu cliente te escuche, háblale de lo que le será útil y de cómo hacerlo sencillo.
  • Si tu objetivo es generar un buen ambiente laboral en tu lugar de trabajo, focalízate en lo bueno que tienen las personas que te rodean.
  • Si tu objetivo es crear una empresa. Define bien el sector y la actividad, para poder llegar a los productos con los que puedas identificarte a nivel de conocimientos y diferenciación.

Una vez que tengas claro el foco, viene, quizá para mí, la parte más interesante y desafiante; cómo lo voy a llevar cabo, cuáles van a ser los hitos que me van a acercar y mantener con foco y cuáles son los que me alejan.

Tal vez hayáis escuchado-leído esta historia alguna vez: Iba un aspirante a conductor por una carretera, con su instructor al lado. Pasados unos kilómetros, comienza a llover suavemente y el instructor pone el limpiaparabrisas. En ese momento, el aspirante a conductor, comienza a seguir con los ojos los movimientos de los limpiaparabrisas y a mover el volante hacia las direcciones que iban sus ojos.

En ese momento, otros conductores que circulaban por la misma carretera comenzaron a pitarle y a decirle que parara el coche, que iba borracho y ponía en peligro la vida de todos. El aspirante a conductor comenzó a ponerse muy nervioso y le pidió a su instructor, detener el limpiaparabrisas; a lo que le respondió, que sólo tenía que concentrarse en la carretera y dejar de seguir con sus ojos el movimiento de los limpiaparabrisas.

El aspirante a conductor replicaba que no era capaz, que sus ojos seguían ese movimiento y la dirección de sus manos al volante, también. En ese momento, la lluvia se intensificó y el instructor presionó la palanca hasta llegar al máximo de velocidad; y haciéndolo, repitió con voz tranquila: tú sólo debes mirar a la carretera por donde quieres ir, céntrate en ella y los limpiaparabrisas dejarán de distraerte. El aspirante a conductor, se serenó ante las indicaciones del instructor y concentró toda su atención en la carretera sin distraerse, sin zigzaguear.

Quizá ahora puedas pensar que ya está todo resuelto, sin embargo, es ahora cuando puedes comenzar a disfrutar del camino; una vez que lo tienes claro, ahora es momento de saber cómo vas a conseguirlo.

¿Quieres ir en coche, en bici, en avión? ¿Qué tipo de coche, de bici, de avión?

En la palabra enfocar podemos incluir tantos ingredientes queramos: empatía, rapport, preguntas, escucha activa, detección de necesidades, acuerdos, win-win,…

Establecer el cómo quiero llegar a mi objetivo forma parte de la forma de ser de cada uno, sin olvidar, qué interlocutor tenemos delante. La posición por establecer relaciones duraderas, basadas en la confianza, siempre es una apuesta segura. De cómo quieras conseguir tu foco, dependerá también la durabilidad del mismo.