Hoy hablo de algo esencial en nuestra vida diaria: las actitudes. Este tema lo exploramos en el directo de Marca la Diferencia con Psicología, donde además introduje la terapia EMDR, una herramienta terapéutica con mucho potencial.

Actitud y terapia EMDR

La terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) es menos conocida que otras corrientes, como el psicoanálisis o la terapia cognitivo-conductual, pero igualmente eficaz.

Se utiliza para abordar tanto traumas mayores (T grandes) como pequeñas experiencias acumulativas (t pequeñas) que moldean nuestra actitud ante la vida.

¿Qué es la actitud?

La actitud es la predisposición relativamente estable que tenemos frente a las circunstancias, moldeada por creencias y experiencias pasadas.

No se limita a positiva o negativa: hay una variedad de actitudes como proactiva, reactiva, colaborativa, manipuladora, entre otras.

En este vídeo te hablo de 15 tipos de actitud

 

El impacto del pasado en nuestras actitudes

Vivencias traumáticas pueden influir en cómo nos posicionamos. Por ejemplo, si nuestras iniciativas han sido ignoradas o ridiculizadas en el pasado, podemos desarrollar una actitud reactiva o pasiva.

Estas actitudes no solo afectan nuestro comportamiento, sino también nuestra capacidad de elección.

El rol de EMDR en la transformación

El EMDR ayuda a desensibilizar el dolor emocional asociado a experiencias negativas. Aunque los recuerdos no desaparecen, el impacto emocional disminuye, permitiendo una narrativa más constructiva. Trabaja directamente con la amígdala y el neocórtex, ayudando a crear recursos internos para el presente y el futuro.

Por ejemplo:

  • Personas que han enfrentado fracaso laboral o empresarial pueden desarrollar una actitud negativa hacia nuevos retos.
  • Con EMDR, estas creencias pueden replantearse, reduciendo la intensidad emocional del fracaso y permitiendo tomar nuevas iniciativas.

La terapia es un espacio para generar recursos que nos acompañen en futuras experiencias vitales.

Las actitudes no son rígidas ni inamovibles. Pueden transformarse y enriquecerse con el trabajo adecuado. El EMDR nos brinda una oportunidad para reconciliarnos con nuestro pasado y, desde ahí, elegir cómo queremos posicionarnos ante la vida.

Te invito a reflexionar:

  • ¿Qué actitud te define en este momento?
  • ¿Y cuál te gustaría tener?

Recuerda que todos llevamos pequeñas heridas, pero también tenemos el poder de sanarlas y transformar nuestras actitudes.

Un abrazo enorme

 

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